En 2003, Jakob Lameijer compró Phoenext, una empresa de serigrafía en el este de los Países Bajos. Aunque, durante años, Phoenext había realizado trabajos de serigrafía textil, comenzó a incluir la impresión en varios de sus productos finales, como en banderines de equipos deportivos y banderolas de cualquier otro tipo. Jacob quedó impresionado por los diferentes productos y posibilidades que la impresión textil traía consigo. A pesar de ser él el nuevo propietario, Phoenext continuó fabricando productos de impresión textil. Y la gama creció y creció.
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